domingo, 23 de octubre de 2011

PANELLETS





Aunque este año no lo parezca, hace ya unas semanas que llegó el otoño, y con él lo que para mí, y me consta que para muchos, es el mejor surtido de productos de temporada de todo el año: setas (en Cataluña la tradición es tal, que uno de los programas más vistos de nuestra televisión es "Caçador de Bolets", dedicado al seguimiento de un grupo de personas mientras recorren los bosques en busca de esos pequeños tesoros culinarios!!), higos, castañas, carnes como la del jabalí, la perdiz, etc...
Y espectaculares dulces, como el que me ocupa en esta ocasión: los deliciosos (y se me hace la boca agua al decir esto...) PANELLETS!!! Pequeños pastelitos de un par de bocados, elaborados con un ligerísimo mazapan envuelto en piñones enteros. Suuuuper conocidos en Cataluña (se comercializan cantidades ingentes cada año) e imprescindibles en la "Castañada", celebrada el 31 de octubre, víspera de todos los Santos, por la noche (lo que se ha convertido últimamente en "Halloween".., a ver si nos pensamos que lo inventaron ellos!!! (lo de la fiesta, digo.., lo de las calabazas y brujerías varias sí!!).

Bueno, esta vez creo que me estoy enrollando demasiado, haciendoos perder tiempo en la elaboración de estas maravillas, que no pueden ser más fáciles... Ah!! Estos míos son de mazapan SIN PATATA NI BONIATO, que soy blasfemo culinariamente hablando, pero no tanto!!! La mayoría de recetas se hacen ahora con esos tubérculos, pero restan sabor y los convierten en una especie de engrudo soso y difícil de ingerir (Sí, me parecen espantosos.., ¿se nota?!?)... Y olvidad el limón (¿A quién se le ocurriría?!?!?).


INGREDIENTES:

- 600 gr de harina de almendras crudas (almendra molida).
- 350 gr de azucar.
- 150 gr de agua mineral.
- 1 huevo (separando la clara de la yema.
- 1/2 kg (mínimo) de piñones crudos.


PREPARACIÓN:

1- Unimos el azúcar con el agua en una olla más bien ancha y lo ponemos a fuego medio-alto removiendo a menudo hasta que rompa a hervir.
2- Añadimos de golpe la almendra molida y seguimos removiendo (se requiere bastante fuerza) durante 2 minutos aproximadamente, hasta que la masa se separe fácilmente de las paredes de la olla.
3- Vertemos la masa en un cuenco ancho y dejamos enfriar, tapada con un plástico para que no se seque la capa más superficial. Cuando esté fría añadimos la clara del huevo (sin batirla previamente sobre todo) y volvemos a remover hasta que quede perfectamente integrada. Aviso que aquí se necesita bastante fuerza de brazo (no hace falta ser fuerte, estoy hablando de un minuto de uno o dos días al año.., que no cunda el pánico!!) y una cuchara de madera igual de fuerte. Alguna se me ha roto a mi en uno de estos movimientos. La masa nos quedará muy densa aunque muy maleable (foto 1).
4- Volvemos a tapar y dejamos enfriar en nevera durante 2 horas como mínimo. Genial si la hacemos la víspera y la dejamos toda la noche en la nevera.
5- Cuando la masa esté lista, vamos haciendo bolitas con las 2 manos de unos 3 ó 4 cm de diámetro (no más, por que con los piñones el volumen crece en más de 1 cm y deben quedar más bien pequeños para que la humedad interior sea la justa), pasamos las bolitas al cuenco de los piñones y, cogiendo puñados de estos, seguimos haciendo el mismo movimiento circular asegurándonos de que los piñones se adhieren por toda la superficie; hay que presionar muy ligeramente pero no apretar. La clara de huevo, junto con el almíbar de la propia masa, hacen que se enganchen sin problemas, de la misma forma que lo hacen a las manos. Si estas están demasiado pegajosas, nos vamos lavando con agua fría y secamos bien antes de volver a meter las manos en la masa (nunca mejor dicho!!).
6- Una vez acabadas las bolitas, colocamos estas en una bandeja de horno (foto 2), encima de papel especial para el mismo. Pintamos los panellets por encima, ligeramente, con la yema del huevo que habíamos separado y a la que le hemos añadido un chorrito, pequeñísimo, de agua para que nos sea más fácil untarla.
7- Introducimos en el horno, pre-calentado a 210-220 ºC, dejando cocer por espacio de 7 minutos. Aquí hay que tener cuidado al sacarlos, por que salen extremadamente blandos y si chocan unos con otros se deforman con facilidad. Una vez fríos se endurecen mucho, aunque cuando los muerdes son increiblemente suaves y tiernos.., y auténticamente exquisitos.

A mi, y a todo el que conozco, nos chiflan. Además de ser le excusa perfecta para tener ocupados a los niños durante un rato largo montando panellets (foto 3). En este caso conté con la ayuda INESTIMABLE de Clàudia y su mejorsísísísíma amiga Mónica; muchísimas gracias a las dos, los han hecho perfectos y exactos!!!.

Duran días y días (el almíbar hace de conservante perfecto) y se comen fríos (se me olvidó decirlo antes). De hecho, al día siguiente es a opartir de cuando están óptimos.

... Un largo post para un pequeño dulce placer!!



1


2

3


                                                                                                 BON PROFIT!!

Nota: Ah!!! Olvidé comentar que, cuando se acaban los piñones (que se acaban.., y más al precio al que van..!!!) lo mejor es añadir coco rallado (un buen puñado, sin miedo!!!) y seguir el proceso de horneado igual pero sin piñoñes!!! Están bueniíííííísimos!!! Y si ya mojamos la mitad de estos en chocolate desecho y dejamos endurecer, flipareis entonces, oiga!!!!
Muchísimas gracias Ana (Melgosa) por recordármelo!! Un beso!!