martes, 9 de abril de 2013

SALSA PESTO

Antes de publicar el post del carpaccio de verduras del que hablé, adelanto la de la salsa Pesto. Un básico que se ha convertido en imprescindible en mi nevera en los últimos meses. Perfecta para cualquier tipo de pasta e ideal justo para el Carpaccio mencionado si quereis.



Es una salsa sencillísima de realizar y que además admite cualquier proporción de ingredientes; con esta de aquí se obtiene un pesto suave pero muy sabroso.
Este post se lo dedico a Claudio Rizzolo, un fotógrafo buenísimo, un gran tipo y un buen amigo, que se llevó las manos a la cabeza cuando leyó en mi Instagram (@sergijasanada) que en una ocasión utilicé el túrmix para elaborar esta maravilla de la cocina italiana. Debía demostrarle que sabía hacer un pesto con mortero sin problemas más allá de los derivados del dolor de brazo, que ya os aviso que hay que ponerle ganas (y si no, y ahora que seguro no escucha Claudio, echais mano del túrmix, aunque sin pasarse de tiempo.., o sí..!).
Nosotros lo utilizamos para infinidad de platos. Una vez una amiga alemana untó una tostada de pan de pueblo con una cucharada de pesto y adaptamos la costumbre instantáneamente al probarlo: ¡no sabeis lo que llega a ser eso!


    INGREDIENTES:

- 40 gr de hojas de Basílico fresco, un tipo de albahaca con un aroma más dulce y menos cítrico que el de la andaluza, de hojas verde intenso y más bien grandes. Se pueden incluir los tallos más tiernos, más cercanos a la hoja también.
- 60 gr. de piñones.
- 80 gr. de parmesano reggiano.
- 200 gr. de aceite de oliva extra.
- un pellizco de sal maldon u otro tipo de sal en escamas (opcional).
Todos los ingredientes deben ser de la máxima calidad posible al ser una elaboración en crudo, claro.

    PREPARACIÓN:
1- Lavamos bien la albahaca y la secamos perfectamente. La introducimos en el mortero junto con la sal y los piñones y la machacamos en mortero hasta formar una pasta. El mortero óptimo sería el de marmol, pero, aunque sé que lo tengo, no fui capaz de encontrarlo, así que utilicé el de cerámica típico del "allioli" catalán.
2- añadimos el parmesano desmenuzado con las manos lo máximo posible y volvemos a majar hasta que no queden trozos identificables.
3- Vamos dando vueltas a la mano del mortero apretando contra las paredes del mismo mientras añadimos el aceite poco a poco hasta su totalidad.

En la nevera, tapado herméticamente, dura de 2 a 3 semanas sin oxidarse, y después de dos días de reposo es cuando la mezcla de aromas es óptima (aunque menguará bastante antes de ese momento, ya vereís!!). E insisto en que no he inventado nada, y probablemente no sea esta la proporción perfecta para mucha gente, pero ya sabeis, probadlo y criticadlo todo lo que querais que para eso este es un blog público precisamente...


No hay comentarios: